En busca de la identidad. Análisis de "Changó, el gran putas" de Manuel Zapata Olivella


Los nuevos esclavos nacidos en América, quienes  crecían en medio de tres culturas (la de sus antepasados africanos, la de los indígenas con los cuales compartían  y la de sus amos europeos), vivieron un proceso de reconstrucción de sus identidades debido a que ellos no apreciaban el flagelo de la esclavitud ni sus culturas ancestrales de la misma forma que aquellos pertenecientes a la “Primera generación” de esclavos.  La  obra Changó, el gran putas del escritor colombiano Manuel Zapata Olivella da cuenta de este proceso de reconstrucción de la identidad  a partir de la reconstrucción de la cultura pasada y de la apropiación de la cultura de los amos europeos y de las culturas amerindias.

Las  diferentes narraciones de los protagonistas en Changó, el gran putas dan cuenta de dos cosas (1) la forma como eran vistos y definidos los esclavos  negros y sus creencias por los blancos y (2) la forma como los esclavos negros se concebían a sí mismos y concebían a los blancos. Las creencias religiosas juegan un papel importante en esta novela, porque éstas no incluyen un sólo aspecto de sus vidas, sino que  constituyen un elemento fundamental en la forma de concebir el mundo y conocerlo. Permea la forma cómo se debe relacionar y concebir a los “otros”. Así, Changó, el gran putas no es sólo una novela que recrea el proceso de esclavitud de los esclavos negros provenientes de África en América Latina, sino que también es una novela que muestra la reconstrucción de la identidad cultural  a partir de la apropiación de tradiciones africanas.  

¿Por qué es importante la identidad para los individuos? Y ¿Qué relevancia tiene este concepto en el análisis realizado a algunos de los personajes de la novela Changó, el gran putas? El sociólogo Stuart Hall afirma que la identidad es un punto de encuentro entre subjetividades de los individuos

Uso “identidad” para referirme al punto de encuentro, el punto de sutura entre, por un lado, los discursos y prácticas que intentan “interpelarnos”, hablarnos o ponernos en nuestro lugar como sujetos sociales de discursos particulares y, por otro, los procesos que producen subjetividades, que nos construyen como sujetos perceptibles de “decirse”. De tal modo, las identidades son puntos de adhesión temporaria a las posiciones subjetivas que nos construyen las prácticas discursivas. (Hall, 2011, Pág.20)

En el ensayo Población negra y la cuestión de la identidad en América Latina  (2008), Peter Wade expone tres casos específicos en América Latina en los que se puede apreciar claramente una reivindicación de la identidad negra. Pero el autor no sólo piensa en la definición y presencia de la identidad negra en América Latina, él también platea que África es  la “base para una identidad afro-americana” (Wade, 2008, Pág. 132) pero se debe tener cierta prudencia porque se puede caer en afrocentrismo, por tal razón Peter Wade habla de la diáspora africana debido a que

Es quizás más útil pensar en esa gran red como la matriz en la cual se van generando nuevas formas culturales, sin privilegiar al África como un territorio específico que es el único que puede legitimar un origen auténtico, pero sin dejar de pensar en el África como un espacio cultural que, de alguna manera, yace entre el África y las Américas como lugares geográficos. (Wade, 2008, Pág.133)

La identidad de los esclavos en América Latina se alimenta de esta diáspora africana. Sin embargo, esto no se ve sino en la segunda parte de la novela, “El muntu americano”. En la primera parte llamada “Los orígenes”, encontramos diferentes narradores que dan cuenta de cómo fue el proceso de esclavitud  de los africanos, siendo primero víctimas de trata de personas, para después pasar por la tortura, la violación y el asesinato por parte de los esclavistas europeos. Los esclavos provenientes de diferentes naciones africanas se encuentran encerrados en la bodega del barco. Hablan diferentes idiomas, pero al estar en ese barco viviendo la misma situación nos encontramos ante una sola nación africana, una identidad africana: “El barco dormía y las bodegas, huevo cerrado, se ampolla en la oscuridad. Ngafúa nos une con su canto aunque estemos dispersos y nos separen las lenguas.” (Zapata, Pág.68). 

Al llegar a América, empieza  un proceso de mestizaje que no sólo se relaciona con un choque de culturas, sino que también se relaciona con la redefinición de la identidad  porque incluye a los indígenas y la llegada del pequeño Muntu se convierte en una luz de esperanza de libertad: “Entre la algarabía de los pericos de las mujeres indias esperaban al Muntu en la playa para amamantarlo con su leche.” (Zapata, Pag.91). Hago mención a la primera parte de la novela porque es importante aclarar que esa unión de las naciones, a pesar de los diferentes idiomas, también hace parte de la identidad negra, pero esta vez más ligada  a la cultura porque fue finalmente la cosmología la que los unió: changó, los orichas, Babalao, ancestros que son representaciones de su cosmología y les permite conocer el mundo y definirse como individuos.

Ya en la segunda parte de la novela, “El Muntu americano” es que podemos apreciar la presencia de una diáspora africana. Si bien, hay un choque de culturas (amerindia, africana y europea)  gracias a la apropiación del castellano, los negros esclavos tienen la posibilidad de expresarse ante sus amos y ante otros esclavos negros que provenían de otras naciones africanas que hablaban otros idiomas, pero que compartían un mismo flagelo: la esclavitud y la eliminación de su cultura africana. En el artículo Lengua e identidad en “Changó, el gran putas”, de Manuel Zapata Olivella  (2008), Haakayoo Zoggyie, afirma que Zapata Olivella muestra el lenguaje como una herramienta para reconstruir el mundo africano en América latina. 

Para hacerlo, Zapata Olivella recurre a diferentes recursos narrativos: elementos orales, la oratoria, el soliloquio. Todos estos recursos le permiten a Zapata Olivella mostrar la cultura africana arraigada en América latina, darle  una voz a los esclavos que cuestionan la visión europea que sólo los blancos pueden comprender los designios de Dios, y lo más importante reflexionar sobre como la identidad cultural de América latina está construida gracias al mestizaje de culturas.

En la medida que los esclavos negros son tratados de forma diferente, se desarrolla una consciencia de identidad. El relato de Orobia Morelos, quien participa en un ritual, muestra cómo mientras participaba en él lo veía con “ojos” de cristiana:

Verdad es que Babalao nos venía dando noticias de que algo muy grande para los negros ocurriría para la luna…Por esas promesas y revelaciones que veníamos recibiendo de Babalao, muchos acudimos esa noche a la popa, varones y mujeres pero sin ánimo de conspirar contra los amos y mucho menos renegar de la Santa Religión Católica a la que nosotros nos acogimos por el agua bendita del bautizo (Zapata, Pág.118)

A pesar de apreciar el ritual con “ojos” de cristiana, Orobia Morelos se siente identificada con ese ritual porque de cierta forma le otorga un rol que no lo hace el cristianismo al que fue instruida por su ama: la libertad. Lo mismo ocurre el día de la coronación de Benkos como rey. Llama mucho la atención este suceso en el sentido que los esclavos se presentan a la coronación con los trajes de sus amos, ya ellos aprecian estos elementos como algo importante, lujoso y necesario para un evento especial: “Las ekobias vestían hermosos trajes, robados a sus amas... algunas con chancletas y otras con zapatillas de tacón alto, las más descalzas pero con cadenas de oro puro, pulseras y diamantes escamoteados a sus amas. Los varones traen cuanto encontraron en el guardarropa de sus amos: sombreros de pluma, capas, fajas y algunos hasta con espadas.” (Zapata, Pág.135). Veo este suceso de dos formas: (1) hay un choque entre la cultura africana y la cultura de los amos blancos. Si bien estos esclavos están participando en un ritual africano, la coronación de su rey Benkos, los esclavos asisten con los trajes de sus amos; (2) el uso de este vestuario le otorga otra faceta a sus identidades porque ya no visten sus ropas de esclavos que los identifica como tal, sino que están usando el disfraz de sus amos y de esta forma, ellos no son esclavos, aunque sea por una noche.

Es el relato de Pupo Moncholo el que permite ejemplificar cómo los rituales africanos constituían una forma de escapar de la esclavitud. Se convertían en un marco de referencia que les permite a los esclavos  definir su lugar en el mundo y cuestionar la cultura de los blancos

Si comparezco ante usted, señor notario, es por intriga de los envidiosos y no por culpa de delitos que no he cometido, pues nadie puede acusarme de ser traidor del Rey de España por aceptar el nombramiento de “Gobernador” en unos juegos de carnaval que nosotros los negros inventamos para sobrellevar un tanto las penas que nos afligen (Zapata, Pág.123)

La misma función cumple la intervención de Benkos cuando el padre Clever le suplica que deje a un lado las herejías que cometen los esclavos cuando se reúnen. Las tradiciones africanas se convierten en la base de su identidad porque le permite definirse no como esclavo sino como una persona libre con una cultura diferente: “― Sepa padre-le dijo con resentimiento- que poca diferencia hace usted en las obras del Señor. Al burro le hizo torpe y bien hace en callar, pero a los hombres nos dio entendimiento. Si yo fuera asno no aspiraría a tener una corona aunque fuera de papel.” (Zapata, Pág.139) En el momento que los esclavos conocen de dónde provienen son conscientes de que efectivamente son diferentes de sus amos blancos, pero lo son no sólo por un color de piel, sino porque provienen de otra cultura con una forma de concebir el mundo de forma diferente. De igual forma, la apropiación del idioma de los amos, le permite a Benkos y demás personajes de Changó que son narradores de sus historias, entablar una conversación y cuestionar directamente a sus amos. En el caso de Benkos al Padre Clever.

Sin embargo, el proceso de mestizaje no sólo trajo consigo una unión de culturas, sino que también pudo dar pie a una crisis de identidad. El relato de Antonio Bolaños ante la santa inquisición permite ejemplificar que el mestizaje entre negros e indígenas representaba un problema: “He conocido cimarrones arrochelados con dos o tres indias, después de matarles sus maridos. Andan sueltos con su recua de hijos con la piel negra, indio el pelo. Zambos con las piernas cortas y robustos el pecho que no sabía hablar lengua ladina, ni india o africana sino una jerga de voces revueltas. Se quedan salvajes porque no podían regresar a la tribu de la madre ni acercarse a los pueblos por temor a que los esclavices los antiguos amos del padre.” (Zapata, Pág.130) Esta declaración resulta interesante porque de cierta forma muestra una contraparte del mestizaje en tiempos de esclavitud. Los zambos nacen libres en la selva, pero no hacen parte de uno de los dos marcos de referencia de sus progenitores. Tal es la razón por la cual afirmo que hay una crisis de identidad porque no pertenecen a ninguna de las dos culturas ni puede definirse ni de una u otra forma.

Así, hablar de identidad en América Latina implica hablar de mestizaje entre las culturas de blancos, indios y negros. Considero que ese es el gran logro de de Changó, el gran putas. Zapata Olivella revive un pasado ancestral para ubicarlo en un presente en el que los descendientes de África están sufriendo los flagelos de la esclavitud. Si bien la lectura de la obra de Zapata Olivella puede  resultar todo un reto en cuanto al uso de ciertas palabras, sentidos y significados que están inscritos en la cultura africana, al final es un reflexión que no sólo invita a los afrodescendientes renovar su identidad, sino que también a renovar la identidad de América Latina porque la diáspora africana está presente en diferentes aspectos culturales y sociales: la gastronomía, el arte, la educación, la política. Pero sin caer en exotización de la cultura africana. En el artículo Desafío a la conciliación: Antagonismo y negatividad en imaginarios históricos del Caribe (2014), la autora Lina Martínez reflexiona sobre el choque de culturas en el Caribe. En su conclusión ella afirma que el territorio caribeño no es una tierra exótica donde conviven diferentes culturas, sino un espacio geográfico en que se encuentran diferentes imaginarios históricos que constituyen la identidad de una nación. Aunque ella hable del Caribe, se puede aplicar al territorio latinoamericano

Caribe no es territorio de fetiches exotizantes ni un paraíso atemporal en la tierra; es la promesa de imaginarios históricos que resisten el afán de una conciliación imposible. Su compromiso es la evaluación constante de categorías que piensan y denominan lo otro, pero partiendo de la mismidad que ha creído dominarlo. (Martínez, 2014, Pág. 62)

El trabajo de Zapata Olivella podría inscribirse en la reivindicación nacional de la que hablaba Frantz Fanon en su texto Los condenados de la tierra, en el cual reflexiona sobre el papel de los intelectuales colonizados en la construcción de un nacionalismo que les permita definirse. Fanon afirma que la obra del intelectual colonizado sacude al pueblo con su literatura, la presión de la revolución, de contar la historia para despertar al pueblo oprimido. Más que una reconstrucción del proceso de esclavitud, mestizaje y colonización en América Latina, Changó es una novela que representa la reconstrucción de la identidad de los esclavos, pero también de los amos blancos y los indígenas. El lenguaje manejado en Changó también juega un papel importante en la construcción de la identidad de los negros esclavos en América Latina. La apropiación del castellano por parte de los esclavos es un elemento clave en la construcción de la identidad porque bien es sabido que los esclavos llegados de África, provenían de distintas naciones y pueblos que hablaban diferentes idiomas. Aprender castellano se convirtió en una forma de interacción y socialización con  esclavos provenientes de otras naciones africanas que tenían otros lenguajes, pero compartían un mismo flagelo: la esclavitud.
Bibliografía

Hall, Stuart, Du Gay, Paul (comps.) “¿Quién necesita “identidad”?”, en Cuestiones de identidad cultural, Buenos Aires: Amorrortu Editores, Pág.13-39.

Martínez, Lina (2014) Desafío a la conciliación: Antagonismo y negatividad en imaginarios históricos del Caribe, Revista perífrasis, vol 5 n°9, Pág. 48-64.

Wade, Peter (2008) Población negra y la cuestión identitaria en América Latina. Revista universitas humanística, n°65, enero-junio 2008, Pág.117-137.

Zapata Olivella,  Manuel [1983] Changó, el gran putas, Bogotá: Editorial la oveja negra Ltda.

Zoggyies, H (2001) Lengua e identidad en “Changó el gran putas” de Manuel Zapata Olivella. Afro-hispanic Review, 20(1), Pág.90-95. Disponible en Internet  http://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4808405.pdf

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