Bebé
1
San Isidro huele a bebé.
Los pasillos, el comedor comunal, las habitaciones compartidas y solitarias, los baños, las delgadas y gritonas enfermeras, los silenciosos enfermeros
gigantes, los enfermos (aunque yo no
estaba enfermo como querían hacerme creer), las sesiones con los doctores, las
salas de entretenimiento, el jardín, la sala uno, dos, tres y cuatro. Todas
huelen a bebé. Lo único real en ese lugar
irreal.
La esquizofrenia, la depresión, la bipolaridad, la anorexia y la bulimia
también huelen a bebé. ¿Será el olor a bebé el que nos retenía
en San Isidro? ¿El que provocaba la tranquilidad? Y que en vez del prozac,
fluoxetina y demás pastillas coloridas ¿Era el olor a bebé el que nos mantenía
tranquilos?
Al salir de San Isidro el mundo no olía a bebé. Las calles, el bus, las
personas, mi familia. Todos olían mal. Ni la azul fluoxetina olía a bebé. Todo
era una mierda. Johnson baby. Crema, jabones, talcos, lociones, colonias, champo
amarillo, transparente, rosado. Detergente en polvo, líquido, barra. Suavizante
para ropa. Por más que busqué, ninguno se acercaba al olor de San Isidro.
2
Después de tanto tiempo aquí está. Tal y como lo recordaba. No es
extravagante ni suave. Es perfecto. En medio de los gritos, las luces rojas, la
sangre, el llanto, el dolor, aquí está.
Bebé...
- Hombre de 25 años. Intento de suicidio. Se le brindan los primeros
auxilios y se contiene la hemorragia. Debido al corte...
-Señor Vélez, ¿me escucha? Tenemos que operarlo. Necesito tres unidades
de AB +. El corte es muy profundo y lo hizo vertical. Comprometió la arteria...
-Doctor, la presión está bajando
-Bebé...
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